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El lenguaje del genio, el carisma de un pensador: Ernesto Sàbato

Por Ernesto Alvarado: Para los cientificos siempre ha sido ocupaciòn tratar de explicar como razona la mente, como es el proceso de traducciòn del pensamiento, el plasmarlo en palabras. Pues bueno, leer a Sàbato es un buen ejercicio. A travès de sus laberìnticas reflexiones Sàbato nos muestra con una presunta apariencia sencilla,  el oficio del pensador. 

Sea esto, un pequeño homenaje al Gran Maestro de las letras y del pensamiento.  Entrevista llevada a cabo el 23 de febrero del año en curso y publicada en la revista cultural PaperBlog. Aca un extracto.


Sàbato:  "Progreso, razón, son ideas contra las que reacciona el artista de comienzos de siglo. Y en ese momento aparece Freud, que expresa muy bien la vuelta al yo y esa dualidad de la vuelta al yo. Freud fue un genio bifronte. Él era un médico positivista, un hombre de ciencia. Y de ahí le viene esa necesidad de explicar todo: de colonizar el inconsciente para la razón. Pero por otro lado, era un romántico y hasta un romántico exaltado. Es más, yo pienso que ahí reside buena parte de la eficacia que tienen sus libros.

Él era un gran romántico, como también lo era Marx. Uno lee el Manifiesto comunista y sale al otro día con una bayoneta. Un fantasma recorre Europa, vea usted qué frase. Con Freud pasa lo mismo. Él era un positivista pero también un romántico, y un admirador de los grandes románticos alemanes. Tenían los mismos temas: las noches, el inconsciente, los sueños. Lo que hace trascendente a Freud es esto. La llegada de Freud es también un caso típico de vuelta al yo profundo. Y eso es lo valioso del psicoanálisis: la brecha que abrió para el inconsciente. Cierta resistencia que yo siempre he sentido ante algunas teorías de Freud tiene que ver con su otra parte, con su desmedida admiración por el pensamiento científico. Cosa que también sucede con Marx. Marx le llamaba a su socialismo: socialismo científico. Los dos, tanto Marx como Freud, dos genios que han trastornado el mundo, tenían una gran admiración por la ciencia. 

Que es el resto del pensamiento ilustrado que habíe en ellos. Y a los dos los salvaba su romanticismo. En el caso de Freud, su devoción por la ciencia, por la razón, es lo que hacía que necesitara explicarlo todo. Y de ahí su famosa tentativa de explicar los sueños. Cosa que es un disparate. Los sueños son absolutamente inexplicables. El sueño expresa, con el único lenguaje que se puede expresar, cierto objeto poético. Una obsesión profunda del inconsciente que podemos llamar un objeto poético. Y lo expresa con un lenguaje de imágenes, de símbolos y hasta de alegorías que no se puede traducir al lenguaje conceptual. Es eso que dice Cassirer, sobre que el mito es irreductible a la razón. El mito es un sueño colectivo de una belleza a veces misteriosa e impresionante, que nos subyuga pero no sabemos qué quiere decir. Y, sin embargo, es una gran verdad. De un sueño se puede decir cualquier cosa, menos que sea mentira.

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