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Jaque Mate a un destino impiadoso




Esta es una crĂłnica que no sabe de reminiscencias bĂ­blica; no existe redenciĂłn posible que mitigue tanto dolor ante tanta adversidad. Un joven indio Ahmedabad Shailesh Nerlikar, de 35 años, incapacitado desde la niñez por un errĂłneo diagnĂłstico mĂ©dico -no puede sentarse ni caminar por sus propios medios-, descubriĂł hace menos de una dĂ©cada las virtudes de la prĂĄctica del ajedrez; el factor integrador de un mundo de movimientos lentos, le permitiĂł aferrarse al juego para dar batalla al impiadoso destino. Con su ejemplo, acaso, estimule la prĂ©dica del espĂ­ritu Almafuerte: “No te des vencido, ni aĂșn vencido”. Es que la vida de Ahmedabad Shailesh Nerlikar se visitĂł de colores despuĂ©s de conocer el ajedrez. Nace la historia.

Con su capacidad diferente a cuesta desde los tiempos de niñez, postrado sobre una cama o colchón y su cabeza apoyada de manera horizontal a centímetros del tablero, Ahmedabad Shailesh Nerlikar, aprendió a jugar al ajedrez; asistido por una pequeña vara se las ingenia para ejecutar los desplazamientos de los trebejos frente a la atónita mirada de sus rivales.



A los 6 años en un hospital de la India le fue diagnosticado que su organismo sufría las consecuencias de la falta de calcio; un grupo de médicos le recetó una sobredosis de ese mineral para paliar tal deficiencia. Pero la prescripción errónea provocó el efecto inverso: la fragilidad de su sistema óseo de por vida; el niño quedó incapacitado para desplazarse y postrado para siempre.

Su madre Sarla Madhukar que suele trasladar a su hijo en brazos, contĂł al periĂłdico indio Daily Bhaskar, las peripecias y calamidades sufrida por la familia a lo largo de estos años; por eso con gran orgullo se refiriĂł a los progresos del joven desde que incursionĂł en el mundo del ajedrez: “Él se ha superado en el juego por propia voluntad; y nos llena de alegrĂ­a. No siento pena por Ă©l; con su progreso, se puede decir que nuestros esfuerzos han valido la pena”.

SegĂșn el artĂ­culo, Nerlikar que participĂł en 2010, en el Abierto Internacional de Parsvanath, en Delhi, y mĂĄs tarde en Kolkata, recibiĂł de parte de los organizadores, ante tamaña muestra de superaciĂłn, una notebook equipada con un software especial para avanzar en el aprendizaje. Es que si bien sus primeros rudimentos fueron pulidos por las manos de papĂĄ Madhukar, su fuerza en el tablero es aĂșn tan dĂ©bil como sus huesos; su Elo (sistema de puntuaciĂłn en el ranking del ajedrez) es de 1598 puntos, casi 400 unidades menos que un jugador de 2ÂȘ o 1ÂȘ categorĂ­a. El N°1 del mundo, el noruego Magnus Carlsen posee 2868, y el mejor argentino, Fernando Peralta, 2626.



“Ha sido de gran ayuda el regalo de los organizadores, tal vez asĂ­ pueda alcanzar mi nuevo sueño: convertirme en gran maestro de ajedrez”, le confiĂł a su familia.

La trascendencia del caso Ahmedabad Shailesh Nerlikar alimentĂł la llama de una nueva cadena de favores; un empresario indio de Kolhapur le otorgĂł una beca para solventar todos los gastos de su participaciĂłn en los torneos, y el joven con alto espĂ­ritu misericordioso, respondiĂł: “quiero que los premios que perciba de mis actuaciones sean destinado para ayudar a otros carenciados en mi paĂ­s”.

La simbiótica relación entre Ahmedabad Shailesh Nerlikar y el ajedrez, y sus jaques impiadosos contra el fatal destino son las señales, movimientos o mensajes que pertenecen a otro åmbito o partida; una batalla mås compleja, cuya jugadas se libran frente al tablero de la vida. Todo un desafío.

Fuente: lanacion.com



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