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Magnus Carlsen se convierte en el rey del tablero con 22 años




Carlsen es el segundo campeón más joven de la historia del ajedrez, sólo superado por Gary Kasparov que curiosamente ha sido su entrenador personal desde 2009.

Necesitaba sólo medio punto para proclamarse nuevo campeón del mundo, y tras más de cinco horas delante del tablero, y tras 130 movimientos, Viswanathan Anad tuvo que asumir la evidencia: tablas y la entrega de su corona al joven Magnus Carlsen, que el próximo 30 de noviembre cumplirá 23 años, y con este título completa el palmarés más impresionante de la historia para un casi adolescente.

En Noruega, con más del cincuenta por ciento de los espectadores de televisión siguiendo la partida, estalló una auténtica devoción por este niño prodigio, que a los 13 años ya era Gran Maestro (el más joven de la historia) y se permitía el lujo de derrotar al mismísimo Karpov. Erna Solberg, la primera ministra del país, no dudó en dedicarle una frase a su compatriota: “Los noruegos estamos orgullosos de ti”. En el bando del perdedor, los cien millones de indios que han seguido en directo la defensa del título de Anand, lloraban la derrota del cinco veces campeón del mundo que paradójicamente perdía su cetro en Chennai, su localidad natal.



Precoz. Carlsen es el segundo campeón más joven de la historia del ajedrez, sólo superado por Gary Kasparov, por unos meses, que curiosamente ha sido su entrenador personal desde 2009, primero de manera secreta y luego publicitado por ambos. Y además, logra el título por la vía rápida porque le han sobrado dos partidas: ganó tres (la quinta, la sexta y la novena) y no perdió ninguna, 6,5 a 3,5. Por cierto, por primera vez en 21 años Viswanathan Anand, de 43, no gana ni una partida en encuentros finales.

Que Carlsen subiese al podio como número uno era cuestión de poco tiempo, porque lleva nueve años arrasando en los tableros internacionales. Por eso se presentó en Chennai como número uno del ránking mundial, y con el ELO más alto jamás conseguido por un jugador, y que ahora él mismo volverá a aumentar.

En los ambientes de ajedrez se le compara con Fisher y con Kasparov, quizá por lo que tiene de brillante y de agresivo su juego, aunque él lo resume en que todo es “instinto”.

El caso es que a los cuatro años se aprendió de memoria el nombre de 430 municipios noruegos, y a las semanas se sabía de memoria el nombre de todos los países del mundo, con población y capitales respectivas.

Pero Magnus quiere ser un chico normal, que asegura que cuando no juega al ajedrez le gusta pasear o jugar al fútbol en el equipo de su pueblo y, además, se declara seguidor del Real Madrid desde la época de los galácticos. Eso sí, cuando está de viaje no es de los que salgan de hotel y se divierte con las partidas de póquer por Internet, que unas gana y otras no, aunque no le importa mucho el dinero: se acaba de embolsar 1,1 millones de euros por el Mundial, patrocinadores al margen.

Fuente: AS



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