Slider

El Dr. House juega al ajedrez contra el Cabron




Gracias a la insistencia y entusiasmo de mi hermano Marcos, he descubierto la serie House durante este Ășltimo año. Vencida mi reluctancia inicial ante cualquier cosa que echen por la tele, he de reconocer que mi hermano, despuĂ©s de todo, tenĂ­a razĂłn: merece la pena. De hecho, Ă©l fue quien me señalĂł algunas curiosas relaciones: las semejanzas que se dan entre los personajes de House y Sherlock Holmes, el detective de Conan Doyle. Efectivamente, son muchas, desde sus adicciones a ciertas sustancias, hasta su pasiĂłn por la mĂșsica o el nombre de su mejor amigo (Wilson-Watson, respectivamente) o su misantropĂ­a, entre otras. HabrĂ­a que añadir a todo ello su comĂșn aficiĂłn por el ajedrez (en este sentido recomiendo el libro de Raymond Smullyan, Juegos y problemas de ajedrez para Sherlock Holmes, Barcelona, Gedisa, trad. de E. B. Casals, 1986). Veamos hasta quĂ© punto el doctor House es ducho en el juego.

La forma en que pretendo averiguarlo pasa por analizar el capĂ­tulo de la temporada tres (parece que se rodĂł en abril del 2007) titulado "El cabrĂłn" (The Jerk), dirigido por Daniel Sackheim y guiĂłn de Leonard Dick, donde un adolescente especialmente odioso sufre un repentino ataque de rabia durante un torneo de ajedrez rĂĄpido, lo que le lleva a agredir a su desdichado rival. A partir de ese momento, el equipo del doctor House, interpretado por el genial Hugh Laurie, se encarga de descubrir el origen de las diferentes dolencias que aquejan al ajedrecista. Evidentemente, no nos interesarĂĄn demasiado las pesquisas mĂ©dicas ni el rigor de los razonamientos que avalan este o aquel diagnĂłstico (aĂșn no he podido consultar el libro del colectivo italiano Blityri, La filosofia del Dr. House, donde imagino que se analizarĂĄn estas cuestiones metodolĂłgicas al tiempo que las consideraciones Ă©ticas que se desprenden de la prĂĄctica, verdaderamente admirable, de este singular mĂ©dico). Nos interesarĂĄn mĂĄs bien las referencias ajedrecĂ­sticas que en el capĂ­tulo se hacen asĂ­ como, ahora sĂ­, el rigor con que el ajedrez como tal ha sido tratado. De hecho, y por no extenderme demasiado, me concentrarĂ© exclusivamente en la partida que House juega con el doliente muchacho. La excusa mĂ©dica consiste en elevar la excitaciĂłn del paciente para confirmar o desmentir determinado sĂ­ndrome sobre el que se tienen sospechas, cosa que House pretende conseguir sometiendo al chico a la tensiĂłn propia de una partida de ajedrez. Ante la negativa de Ă©ste, House lo increpa con el objeto de comprometerlo en la lucha que se avecina. Lleva el tablero en un carrito hasta la cama del paciente, reloj analĂłgico incluido, le inyecta lo que parece ser un estimulante y le da a elegir el color ofreciĂ©ndole ambas manos cerradas con los respectivos peones dentro. "Blancas, que se joda el cojo", dice el canalla del niño. House se conforma, sitĂșa el reloj a su izquierda (lo que parece ser una concesiĂłn a las necesidades del rodaje, pues es diestro, aunque utiliza la siniestra en un primer momento) y empieza una partida de Blitz a 5 minutos.

Antes de darla, sin embargo, he de reconocer que la reconstrucción de la misma me ha costado algo mås de lo que supuse que me resultaría en un principio y, por tanto, es posible que se haya deslizado alguna transposición, dado que los planos estån cortados y la secuencia no transcurre en tiempo real, pero, en fin, creo que el resultado es en resumidas cuentas óptimo en su conjunto. En fin, pondré un asterisco a las jugadas que han sido reconstruidas por razonamiento, pero de las que no se tiene experiencia directa del momento en que se hicieron.



A03 Apertura Bird

1.f4-c5 2.Cf3 (House comenta: "Apertura Bird:estrategia pasiva, signo de cobardĂ­a") -d5 (la replica del muchacho no se deja esperar: "Defensa siciliana, signo de idiotez", lo que parece un poco aventurado, dado que, aunque se podrĂ­a haber entrado en una siciliana con 2.f4, al hacer 2...d5, tras 2.Cf3, House adopta un esquema completamente distinto).

3.e3-*Cf6 4.*b3-*e6 5.Aa3N (en la literatura ajedrecĂ­stica compruebo que antes se habĂ­a jugado 5.Ab2, que es mĂĄs natural, asĂ­ lo hizo Mackenzie contra Lipschuetz en New York, 1886, durante la Ă©poca de mayor esplendor de la apertura)-Ad6 6.Ab5+-Cc6 7.Cc3-*0-0 8.*Ae2 (aquĂ­ me asaltan las dudas, pues en la escena siguiente se comprueba cĂłmo este alfil va a la casilla e2; por otro lado, no se entiende demasiado bien esta jugada, parece preferible enrocarse o incluso Ce5)-e5 (con este movimiento se llega al momento mĂĄs complicado de seguir, pues, como ya hemos dicho, a continuaciĂłn se ve cĂłmo el alfil retrocede, pero resulta que hay ya un peĂłn en e5, asĂ­ que no queda mĂĄs remedio que suponer la siguiente jugada: no obstante, quizĂĄ fuera mejor intentar otra ruptura, es decir, 8...d4 9.Cb5, con ventaja negra) 9.*fxe5-Cxe5 10.*Tb1(la reconstrucciĂłn de esta jugada parece inevitable, pero aquĂ­ el blanco deja pasar la oportunidad de ensayar 10.CxCe5-AxCe5 11.Axc5-Te8, con ligera ventaja negra, pero con una partida mĂĄs tranquila)-Ce4 11.*Cxd5-CxCf3+ 12.AxCf3-Dh4+ (tambiĂ©n valĂ­a la mĂĄs sutil 12...Ag4! 13.c4-Dh4+ 14.Re2-f5=) 13.g3=-Axg3+ 14.hxAg3-Dxg3+ 15.Re2 (en este momento los realizadores se recrean con la cara de disgusto del chico)-Cg5? (pero House se equivoca despuĂ©s de ello, deberĂ­a haber intentado 15...Td8 16.De1-TxCd5 17.AxCe4-Ag4+ 18.Rf1-Ah3+ 19.TxAh3-DxTh3 20.Ag2-Tf5+ 21.Rg1-Tg5=) 16.Df1 (tras mover, el chico hace como el gesto de parar el reloj, sonriendo sardĂłnicamente ante la sorpresa de House: "¿Te importa tirar el rey? (Care to lay down your king?)", justificando su peticiĂłn con la siguiente variante: "me inmovilizas la reina (you can pin my queen), caballo a e7, Rh8, sacrifico la torre, el rey captura el peĂłn, el alfil bloquea y reina a h5, jaque mate". La expresiĂłn de House revela comprensiĂłn de la variante, es decir, algo como 16...CxAf3?? 17.DxCf3-Ag4 18.Ce7+-Rh8 19.Txh7!-RxTh7 20.Th1+ (esto no se menciona)-Ah3 (aunque tambiĂ©n podrĂ­a ser 20...Ah5) 21.Dh5#.

A continuaciĂłn, el chico sufre el esperado ataque mientras House se levanta pensando en lo que ha pasado. Curiosamente, antes de salir de la habitaciĂłn, vuelve a mirar el tablero y comprobamos estupefactos que la torre ya estĂĄ en h7 dando jaque, inclinando el rey House y reconociendo la derrota.

Todo lo cual puede significar que se rodĂł la secuencia hasta la jugada 19ÂȘ y luego se decidiĂł que era mĂĄs elegante dejarla en la jugada 16ÂȘ. De hecho, es mucho mĂĄs razonable, dado que a partir de entonces House se va a dedicar a analizar sin descanso la partida mientras intenta por otro lado curar al chico.

Al final del episodio, la forma en que el muchacho cogĂ­a las piezas va a ser determinante en el diagnĂłstico acertado, pues resulta sufrir acumulaciĂłn de hierro en las articulaciones (hemocromatosis), lo que le impedĂ­a efectivamente doblar los dedos al mover las piezas. Una vez comunicada al paciente la naturaleza de su dolencia, House le hace saber con cierto orgullo que no hubiera seguido la variante con que le embaucĂł:"no te habrĂ­a comido el alfil (I wouldn´t have taken the bishop), habrĂ­a movido la reina a d6 para evitarlo y luego la torre a e8 atacando el peĂłn de rey, cambiando por calidad (?) y ganĂĄndote" (I´d have lost the exchange but won the game, aunque no estoy completamente seguro de que diga eso exactamente).

El chico le da la razĂłn (?) y reconoce que todo fue un farol (o una tontiastucia, en otras palabras). Ahora bien, la variante mencionada por House es, ademĂĄs de dudosa, difĂ­cil de comprender.

En efecto, por algunas escenas en que le vemos analizando, estĂĄ contemplando la siguiente posibilidad, algo asĂ­ como 16...Dd6 17.Cf4? (es mejor 17.Ab2, con ventaja decisiva blanca)-Te8? (es mejor otra vez 17...Da6+, consiguiendo igualar). Su comentario no permite ser mĂĄs concretos, pero parece claramente incorrecto. No obstante, lo que hay que decir a continuaciĂłn es que el error no sĂłlo se producirĂ­a con la dichosa toma del alfil (el menor de los males era 16...Ag4 17.AxAg4-DxAg4+ 18.Re1-Tad8, con ventaja decisiva blanca), sino que se habĂ­a cometido una jugada antes, cuando House lleva su caballo a g5.

AquĂ­ las negras estĂĄn ya perdidas y, por tanto, el recurso que se han sacado de la manga los guionistas (parece que el responsable de la elaboraciĂłn de la partida es un tal Matt Lewis, del que no he podido averiguar nada) para salvar el honor intelectual de House estĂĄ traĂ­do por los pelos. Supongo que los guionistas quisieron una partida con algunos jaques dramĂĄticos, pero donde hubiera una posibilidad escondida de salvaciĂłn. La tarea resultĂł demasiado ardua para quien elaborĂł la partida y patinĂł en el momento de la refutaciĂłn de la variante, haciendo que la partida continuara una jugada mĂĄs de la debida, pues era la Ășnica manera de que el blanco pudiera realizar la no tan farolera combinaciĂłn.

Se comprueba pues una vez mås lo delicado que es el ajedrez, lo difícil que resulta su transplante (en este caso cinematogråfico y en otros literario), como si fuera incapaz de arraigar en otros terrenos, dada la estricta urdimbre con que teje su desenvolvimiento. Al parecer, Hugh Laurie jugó mucho al ajedrez cuando era veinteañero (cfr. "Anatomía de un episodio, "El cabrón", documental sobre la realización del capítulo en cuestión, Universal Studios, 2007). Quizå debería haber tomado ejemplo del gran Humphrey Bogart, pues el anålisis que hace éste en la película Casablanca de una posición del gambito Chatard-Alekhine contra la defensa francesa es bastante mås riguroso. Pero, en fin, como dice el propio House, todo el mundo miente.

Fuente: Francisco J. FernĂĄndez



© Todos los derechos reservados 2023
Hecho con por adjaquemate