Con ustedes la fachada de la iglesia de María Auxiliadora, una de las muchas iglesias bonitas de Granada.
El Tenorio avanza y este sabádo de triple ronda nos presenta la ronda 4.
La cubana es invitada a sentarse al sillón eléctrico de la mesa 1, veremos que nos ofrece la magia antillana ante el gélido, impertérrito Islandés.
El Islandés, como una aplanadora, con su humildad y carisma, ve fríamente a su rival de turno y comienza a mover las piezas. Desde un inicio el está preparado para mover mil veces -si es necesario- con tal de ir por el punto ENTERO, solo para él. En ajedrez dice él, comparte fuera del tablero, pero, cuando juega es el más egoísta del mundo.
La mejor lección que nos da Stefansson en su visita a Centroamérica es de que, parecido a Carlsen, las tablas es un mal resultado para ellos. A muchos de nuestros jugadores de élite les tiembla las patas ante un rival de nivel parecido y las tablas las ven como que "ganan medio punto", al Islandés no le gusta empatar, sea contra quien sea.