La Petxina acoge la XXII edición del torneo de este deporte en el que los participantes han de vencer a computadoras fabricadas en los ochenta
MÓNICA LÓPEZ VALENCIA
Después de más de veinte años de derrotas contra las máquinas, ayer por primera vez empataron los hombres y las computadoras en el clásico reto de ajedrez que cada navidad se celebra. El Complex Esportiu-Cultural de la Petxina fue el escenario de la vigésimo segunda edición del Torneo de Ajedrez Hombre vs Computadora que organiza el Club Deportivo Basilio de Valencia, el Museo Español de Computadoras de Ajedrez y la Fundación Valencia Cuna del Ajedrez.
Ésta no es una competición usual, ya que las computadoras que se utilizan fueron fabricadas en los años ochenta y noventa, únicamente almacenadas por coleccionistas. A las 17 horas empezó el navideño torneo caracterizado por el silencio y la concentración que requiere un deporte como el ajedrez en una de las salas de la Petxina. Durante todos estos años de competición, el hombre solo ha conseguido la victoria en dos ocasiones, una en 2007 y la otra en 2013. "Lo que queremos demostrar con este reto es que el hombre puede ganarle a la máquina por la experiencia adquirida y la intuición", declara Luis Barona, director del Museo Español de Computadoras de Ajedrez que alberga la colección de máquinas sobre este juego más importante de España.
No es fácil superar a una máquina y más en el juego, pero los participantes de este torneo insisten en que es posible hacerlo. Para Carlos Carbonell, uno de los mejores jugadores, "las máquinas se guian por no tener criterio posicional sino que se rigen a partir del criterio material (lo que sería comerse un peón o cualquier otra figura del juego)". Carbonell, que también es profesor y monitor de este deporte, ya lleva diez años presentándose a este torneo y cada año estudia nuevas estrategias para hacerle frente a las computadoras.
Asimismo, la competición también contó con un jugador aficionado "online", Jorge Valdés, que se enfrentó desde Miami a una máquina a través de un ordenador que los organizadores del torneo controlaban en la Petxina. Valdés no es el único que ha participado de forma virtual, muchos otros jugadores lo han hecho años atrás a través del foro del museo.
Una de las peculiaridades de este torneo es que los aparatos son objetos de colección y requieren un especial cuidado por parte de los jugadores. "Durante estos años hemos tenido que aprender de electrónica para poder mantener y arreglar las máquinas. Pues muchas tienen piezas que ya no se fabrican y debemos encontrar otras que se acoplen", afirma Barona, el también Vicepresidente de la Federación de Ajedrez de la Comunitat Valenciana.
En esta ocasión, cada participante contaba con un oponente físico para facilitar y hacer más cómoda la partida. Jaime Benedito, Carlos Carbonell, Victor Penadés, Francesc López y Leonardo Soliño jugaron por parte de los hombres. Y, por el lado de las computadoras colaboraron Paco Esteban y Sergio García operando con las máquinas Diablo, Roma68020, Nigel Short, Super Mondial II y Designer 2000.
MÓNICA LÓPEZ VALENCIA
Después de más de veinte años de derrotas contra las máquinas, ayer por primera vez empataron los hombres y las computadoras en el clásico reto de ajedrez que cada navidad se celebra. El Complex Esportiu-Cultural de la Petxina fue el escenario de la vigésimo segunda edición del Torneo de Ajedrez Hombre vs Computadora que organiza el Club Deportivo Basilio de Valencia, el Museo Español de Computadoras de Ajedrez y la Fundación Valencia Cuna del Ajedrez.
Ésta no es una competición usual, ya que las computadoras que se utilizan fueron fabricadas en los años ochenta y noventa, únicamente almacenadas por coleccionistas. A las 17 horas empezó el navideño torneo caracterizado por el silencio y la concentración que requiere un deporte como el ajedrez en una de las salas de la Petxina. Durante todos estos años de competición, el hombre solo ha conseguido la victoria en dos ocasiones, una en 2007 y la otra en 2013. "Lo que queremos demostrar con este reto es que el hombre puede ganarle a la máquina por la experiencia adquirida y la intuición", declara Luis Barona, director del Museo Español de Computadoras de Ajedrez que alberga la colección de máquinas sobre este juego más importante de España.
No es fácil superar a una máquina y más en el juego, pero los participantes de este torneo insisten en que es posible hacerlo. Para Carlos Carbonell, uno de los mejores jugadores, "las máquinas se guian por no tener criterio posicional sino que se rigen a partir del criterio material (lo que sería comerse un peón o cualquier otra figura del juego)". Carbonell, que también es profesor y monitor de este deporte, ya lleva diez años presentándose a este torneo y cada año estudia nuevas estrategias para hacerle frente a las computadoras.
Asimismo, la competición también contó con un jugador aficionado "online", Jorge Valdés, que se enfrentó desde Miami a una máquina a través de un ordenador que los organizadores del torneo controlaban en la Petxina. Valdés no es el único que ha participado de forma virtual, muchos otros jugadores lo han hecho años atrás a través del foro del museo.
Una de las peculiaridades de este torneo es que los aparatos son objetos de colección y requieren un especial cuidado por parte de los jugadores. "Durante estos años hemos tenido que aprender de electrónica para poder mantener y arreglar las máquinas. Pues muchas tienen piezas que ya no se fabrican y debemos encontrar otras que se acoplen", afirma Barona, el también Vicepresidente de la Federación de Ajedrez de la Comunitat Valenciana.
En esta ocasión, cada participante contaba con un oponente físico para facilitar y hacer más cómoda la partida. Jaime Benedito, Carlos Carbonell, Victor Penadés, Francesc López y Leonardo Soliño jugaron por parte de los hombres. Y, por el lado de las computadoras colaboraron Paco Esteban y Sergio García operando con las máquinas Diablo, Roma68020, Nigel Short, Super Mondial II y Designer 2000.