A sus 17 años Irene Nicolás tiene un palmarés envidiable en el mundo del ajedrez, pero ha decidido dejarlo porque ha perdido la motivación. Cuando Javier enseñó a mover las piezas del ajedrez a su hermana Irene seguramente no se esperaba que aquella niña de 9 años se enamorase de ese juego, ni que algún día sería medalla de plata en un campeonato del mundo, algo que sucedió siete años después. Irene Nicolás, la que era la mayor promesa del ajedrez nacional, fue subcampeona del mundo sub16 el pasado diciembre, en Emiratos Árabes. Antes había destacado en torneos provinciales, autonómicos y nacionales. Pero en mayo se empezó a preguntar si seguía enamorada del juego. Dicen que si te preguntas eso es porque ya no queda amor y, al menos en este caso, así era. Irene se había desenamorado del ajedrez y no pensaba mover ni una ficha más. Hoy sigue igual, dice haber perdido la motivación y no quiere tener el ajedrez ni como pasatiempo, prefiere prepararse para estudiar en la universidad.
-¿Cómo es que ha perdido la motivación?
-La verdad es que no lo sé. Jugué un torneo en mayo, en Mallorca. Tuve que venir a hacer un examen y pensaba volver para competir, tenía que hacer el viaje, pero quería volver y jugar, lo que pasa es que al llegar me puse mala y no pude regresar, y a partir de ahí no sé qué pasó. De pronto se me fueron las ganas. Lo fui dejando. Estuve tres meses sin jugar, hasta agosto, que jugué el campeonato de España absoluto y en la ronda uno ya le dije a mi madre que no iba a seguir jugando.
-Entonces, ¿las ganas se fueron de golpe?
-Creo que, inconscientemente, fue poco a poco. En mayo me fue apeteciendo menos y antes de junio es cuando le dije a mi madre que no quería seguir jugando. Creo que se veía un poco venir, aunque yo no me diese cuenta.
-¿Fue en el campeonato de España cuando se dio cuenta?
-Sí. Antes de llegar pensé que al volver a jugar volverían las ganas, pero no volvieron.
-¿Su madre que le dijo cuando le dio la noticia?
-Que haga lo que quiera y que se lo esperaba. A ella le parece bien lo que decida.
-¿Antes de ese torneo disfrutaba jugando?
-Sí, muchísimo.
-Al jugar a ese nivel de competición, ¿podía llevar una vida normal como la que llevan otras chicas de su edad?
-Sí. Lo único diferente es que me saltaba muchas clases, pero el resto era una vida normal. Me las saltaba por los torneos, que te obligan a estar mucho tiempo fuera. Por ejemplo, si juegas un europeo te pasas 11 o 12 días fuera. Además son lejos, he ido a Italia, Bulgaria, Praga o, el año pasado, a Emiratos Árabes Unidos.
-¿Llegaste a aborrecer el ajedrez?
-Puede que sí, yo creo que al dejarme el colegio y dedicarme solo al ajedrez... Si lo hubiese tenido solo como 'hobby' creo que seguiría jugando.
-¿Sentía presión cuando jugaba?
-La normal, nada especial. El primer año tenía un poco más, pero luego vas jugando y te vas dando cuenta de que es un torneo más. La presión no ha tenido nada que ver en la decisión.
-¿Ha cambiado algo más en el planteamiento de su vida?
-Lo único volver a estudiar. Antes pensaba en dedicarme al ajedrez, no había pensado en ir a la universidad. Dejé el colegio hace un año y al principio no estudiaba, pero luego sí y me saqué primero de bachillerato. Más tarde decidí no seguir jugando, cuando perdí la motivación, y pensé que tenía que hacer algo, no podía vivir de nada, entonces me puse a mirar carreras y pensé en hacer criminología.
-¿En la Federación cómo reaccionaron ante una retirada tan prematura?
-Se quedaron impresionados, sorprendidos. Me dijeron que me lo pensara, pero por mucho que me lo piense no voy a cambiar de opinión.
-¿Le insistieron para que siguiera?
-Yo se lo dije en Linares, en el campeonato de España, antes de que terminase el torneo. Pensé que era mejor allí y no volverme y decírselo por teléfono. Ellos me dijeron que me lo pensara, que esperase a que acabara el torneo, pero a partir de eso no han vuelto a insistirme.
-¿Le costó decírselo?
-No. Cuando se lo dije me quedé bastante tranquila. Solo se lo había dicho a mi madre y tenía que estar allí fingiendo. Cuando se lo dije a todo el mundo me quedé muy tranquila.
-¿Cómo se ha portado la Federación después de esto?
-Bueno... bien. Ya no hay ningún tipo de relación, como ya no juego.
-Se especula mucho en internet sobre los motivos de su retirada, ¿qué le parece lo que dicen?
-Hay mucha gente que oyes o que te escribe y te dicen por qué lo has dejado, cuando ni yo sé por qué lo he dejado. No miro lo que dicen en internet, porque si te paras a mirar...
-Paco Vallejo, uno de los mejores jugadores de ajedrez de España, en varias ocasiones se ha retirado y otras tantas ha vuelto. ¿Es similar el caso?
-Lo de Paco es diferente. Él ha dicho bastantes veces que se retiraba y luego volvía. Pero igual se retiraba por una mala partida. Lo mío no es una mala partida. De hecho creo que si te retiras por una mala partida es porque te importa el ajedrez. Pero lo mío no es por una partida, es por el juego en general.
-¿Si algún amigo le pide jugar una partida, jugaría?
-No creo, no quiero jugar ni como 'hobby'. He desinstalado todos los programas de ajedrez que tenía en el ordenador. Lo único que he mirado, relacionado con el ajedrez, son los resultados de unos amigos que estaban jugando un torneo y teníamos una apuesta.
-¿Tiene pensado volver algún día?
-No lo sé. Ahora mismo no, pero quién sabe si algún día cambiaré de opinión.
Fuente: La Verdad