Afuera, sobre La Sabana una gran luna blanca iluminaba el firmamento y haciendo siluetas en el suelo, y en el club Gutiérrez Mangel de la FCA diez ajedrecistas de élite libraban su lucha de ideas sobre un tablero de 64 casillas.
A medio torneo ya todo el mundo calentó, a unos les pesa más que a otros, casi todos ya muy serios, evitan conversar, miden sus relojes para llegar sobre la hora y apenas se saludan y comienzan.
De los GMs tal vez por el idioma, el que más comparte es Escobar, saluda a uno que otro y no niega conversación. Hannes de ademanes muy corteses, una vez terminada la partida, sale raudo con el rival a analizarla. Su mano derecha se mueve imperceptible sobre el tablero y casi con delicadeza y timidez mueve sus piezas, eso si, con firmeza. Antes de llegar a Costa Rica pidió nombres de sus rivales y buscó partidas y hasta sacó variables de expectativas de elo. Gente muy organizada que no deja nada suelto.
La ronda nos deja a Hannes solo en la punta, a Escobar respirándole en la nuca y en espera de que llegue la ronda 8 donde lo atenderá con blancas y los MIs locales que van a la zaga, esperando algún tropezón. Torneo está vivo y tendremos un cierre tenso.
La ronda nos deja a Hannes solo en la punta, a Escobar respirándole en la nuca y en espera de que llegue la ronda 8 donde lo atenderá con blancas y los MIs locales que van a la zaga, esperando algún tropezón. Torneo está vivo y tendremos un cierre tenso.