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ESPAÑA.- Desmontando al GM Miguel Illescas

Miguel Illescas Córdoba (Barcelona, 1965) es como ese futbolista sabio que piensa en el futuro antes de colgar las botas.

Miguel Illescas Córdoba (Barcelona, 1965) es como ese futbolista sabio que piensa en el futuro antes de colgar las botas. Cada vez más alejado de la alta competición ha sido capaz de jugar al ajedrez desde diferentes campos como la empresa, la pedagogía y el periodismo divulgativo, de forma elegante y corajuda. Ocupado en proyectos que son otro tipo de adrenalina, no consigue alejarse demasiado de las amenazas y placeres del tablero. Estos son sus escaques, virtualmente desordendados, pero que componen una vida coherente.

Su carácter competitivo le llevó a dominar de forma inmisericorde el ajedrez nacional como un 'abusón' de colegio (ocho campeonatos le contemplan) y colocar a un español en el grupo de los mejores superando la barrera de los 2.600 puntos ELO.

Sus conocimientos de programación y de ajedrez hicieron que desde el Big Blue (la todopoderosa IBM) se fijaran en él para colaborar en el desarrollo ajedrecístico de Deep Blue, el superordenador que derrotaría a Kasparov en un hito de la historia contemporánea.

Versátil como casi nadie, este ajedrecista también ha ejercido de analista de 'humanos' en momentos de esos -siguiendo con el simil futbolístico- en los que hay que tirar el quinto penalty de la tanda. Ayudó a Kramnik a destronar a Kasparov en 2000 (por aquel entonces el ajedrez vivía con dos títulos mundiales paralelos en una mezcla de 'Falcon Crest' y cinturones de boxeo no unificados), años más tarde el primero lograría también el campeonto reconocido por la FIDE. El asesoramiento a un superdotado del juego es una ciencia dedicada a informar de las características concretas de una partida y la psicología del rival. Uno de los aspectos del ajedrez de máximo nivel que me resultan más fascinantes. Es la paradoja de la necesidad colectiva del individualismo.

Illescas sigue siendo un jugador de élite. Representará a la selección en el próximo Europeo. No ganará más de 750 euros por estar dos semanas fuera de casa. "Ni siquiera llegamos a mileuristas", confiesa. A veces en este país la gente no se da cuenta que la excelencia en el deporte no se puede basar exclusivamente en el afán competitivo, el entusiasmo y los milagros por generación espontánea. Eso sí, se seguirá esperando al Severiano Ballesteros o al Rafa Nadal del ajedrez como al mesías. A coste cero, por supuesto.

De su adolescencia, Illescas puede decir que la vivió con mucha intensidad. "Salía mucho de fiesta, no creas, quizá demasiado". Se dedicaba desde los 16 a la informática, otra de sus grandes pasiones, y disparaba como metralleta al Blackjack y, por medio, al ajedrez. Es cierto que a veces se ha mostrado algo crítico, piensa que no aprovechó suficientemente aquella época de canibalismo intelectual que es esa edad para mejorar sus conocimientos ajedrecísticos, pero su curiosidad polifacética fueron creo yo un estímulo para el futuro.

Aprendió las reglas del ajedrez a los ocho años. Cuenta cómo su padre lo llevaba a los bares donde estaban los amigos para que exhibiera su destreza jugando a la ciega. Realmente su interés revelador le llegó por una enfermedad mediante, como a muchos escritores, y sería la convalecencia por varicela el despertar del estímulo total. En 1977 ingresó en un club. "Ese mismo año quedé campeón infantil de Cataluña." Empezaba a despuntar.

Illescas recogió en los 80 la herencia casi legendaria de Arturo Pomar y durante muchos años ha ido ejerciendo el liderazgo de la competición en este país. Director de la revista Peón de Rey , guía imprescindible para los aficionados, es también pionero en España del binomio formado por el ajedrez y el mundo de los negocios. En ese aspecto es autor de 'Jaque Mate' (Editorial Alienta), un libro muy interesante destinado a cualquier emprendedor. "El estereotipo es que el ajedrez te enseña a planificar, pero también -y no menos importante- es que aprendes a improvisar soluciones". Actualmente está trabajando, entre otros proyectos, en un libro dedicado al empleo del pensamiento ajedrecístico en aplicaciones útiles de la vida cotidiana.

Como Juan Manuel Bellón encontró su dama en una gran ajedrecista, la GM femenina Olga Alexandrova.

Le pregunto sobre la experiencia personal más determinante de su vida. Debe ser que hoy me he despertado intenso.

--Sin duda la más importante para mí fue el nacimiento de mi hija Diana. Comprendí de pronto mucho mejor cosas que antes sólo intuía.

Una respuesta extraordinaria.

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